de pronto te das cuenta que no tienes escondite, no hay sitio para ti, te sientes perdido e incómodo en medio del bullicio. un bullicio monótono y absurdo como el zumbido del refrigerador a media noche. empiezas a sudar. la gente sonríe, grita. no lo entiendes.
ahora lo único que puedes hacer es perderte entre dos audífonos. le das al play, sientes ese pulso de la batería y tu sangre vuelve a circular. mientras sacudes tu cabeza, vuelves a casa.
así es como empieza.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario